domingo, 14 de junio de 2009

EL SECADOR Y LA FISICA

Materiales
  • secador de boca no muy ancha
  • pelota de ping-pong

Fundamento científico

Si colocamos una pelota de ping-pong sobre el chorro de aire de un secador, esta se mantendrá en equilibrio estable, de modo que incluso desplazándola ligeramente con el dedo vuelve al centro del chorro.

Desarrollo

Cuando la gente ve esta demostración con el chorro vertical no suele quedar muy impresionada: «¡Pues claro que la pelota no se cae, el aire la empuja hacia arriba!», dicen muchos y no es mentira, pero si se inclina lentamente el secador, la bola sigue ahí y el asombro se multiplica (aunque a partir de cierto ángulo, la gravedad vence, claro).
Esta misma experiencia se puede llevar a cabo sin secador, fabricando una especie de pipa con un tapón de botella (de las de plástico de 1,5 L, por ejemplo) con un agujero en su centro por el que pasa una pajita de beber refrescos acodada. Soplando con algo de fuerza y habilidad también se consigue hacer que la pelota levite. Es fácil comprender cómo el chorro de aire ejerce una fuerza hacia arriba sobre la pelota, pero para explicar la estabilidad, el ingeniero rumano Henri Coanda, hacia 1930, estudió y enunció el hoy llamado «efecto Coanda», que es la tendencia de un fluido real (viscoso) que circula cerca de una superficie a «quedarse parcialmente pegado» a ella, algo que tantas veces hemos experimentado al servir líquidos con una jarra.
En nuestro caso, nosotros hemos deducido que:«Cuando la pelotita se desvía de la línea central del chorro de aire, el aire que rodea (debido al efecto Coanda) la parte de la pelotita más próxima al eje central del chorro sale despedido alejándose del eje; por conservación del momento lineal (o por el principio de acción y reacción si se prefiere para el caso de dos cuerpos), la pelotita tiene que moverse hacia el eje (en sentido contrario al aire despedido), de manera que tiende a permanecer estable en el centro del chorro. La rotación que se observa de la pelotita está más en sintonía con esta segunda explicación».

Juan Gabriel Moyano Sanchez
Jose Alcantara Prieto
Manuel Jimenez Gomez

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